Se quedó perpleja. Me quedé perpleja. No podía imaginar que el chico al que imaginaba dulce y tímido, (y menos atractivo también) podría llegar a ser…tan…así.
Estaba en la seguridad de su habitación. Se había escabullido en cuanto pudo. Después de tener que ponerle la cena a ese indeseable y dirigirle una última mirada despectiva. ¡y pensar que había sido ella quien había ayudado a limpiar su habitación, pintarla, y redecorarla! Le había hecho un mural de bienvenida. Pero no se lo daría, no señor. “Que se fastidie” Pensó Sara.
“No está mal” pensó Derek cuando dejó Su guitarrá en una esquina de su nueva habitación. Estaba pintada de un verde oscuro, y una alegre colcha verde lima, turquesa y color crema. Una de las paredes estaba cubierta casi entera por un gran póster de una antigua estrella del rock tocando la guitarra.
Los muebles eran de color oscuro. Y la lámpara del techo era blanca y muy sencilla, en forma de copa. El armario era enorme la verdad. “ como se nota que en esta casa no falta la comida” pensó amargamente. Cuanto había sufrido el en su infancia. Y para recompensar todo el trabajo y sufrimiento vivido, sus padres fallecían en un accidente de coche. “ Que asco de vida” Por un momento, sus amargos pensamientos se disolvieron cuando se abrió la puerta y vio a una alegre muchacha de ojos verdes y pelo castaño largo. Aunque su cara se transformó por completo cuando lo vio apoyado en la puerta. ¿No seria como esperaba? ¿Traia unas pintas horribles? No pudo evitar llevarse un mecho de su cabello y olerlo. Se lavó hace cuatro días. ¿Cuántas son necesarias? Esa actitud recta y perfecta que observó en la muchacha le puso de mala leche. Le despreciaba, le repugnaba. Y le hizo ponerse a la misma altura que ella.
Con sus nuevamente amargos pensamientos se tumbó en la cama y cerró los ojos. Hacia tiempo que no dormía en una cama.
Y con esto Sara cerró los ojos. Habia sido un dia muy largo.